FORTÍN CONDE DE MIRASOL (P. RICO)

El Fortín Conde Mirasol está ubicado en una colina con vista al poblado de Isabel Segunda en Vieques, isla-municipio situada a nueve millas al este de Puerto Rico. Este fortín es un ejemplo típico de las fortificaciones españolas del siglo XIX, que consiste en un edificio principal y un sistema de murallas de mampostería. Las paredes de las murallas varían en altura de acuerdo con el contorno natural de la colina en que descansa. En la parte superior, el ancho de la muralla varia de 30 a 36 pulgadas y en la base, de 6 a 8 pies de ancho. El sistema completo tiene 150 pies de largo y 70 pies de ancho. Además, tiene dos cisternas que servían para la recolección del agua de lluvia.

La defensa de Vieques fue tema de debate desde principios del siglo XIX, ya que este territorio había sido codiciado por ingleses y otros europeos por su localización estratégica entre Puerto Rico y las antillas menores. Una vez Vieques fue poblado por los españoles en 1811, resultó blanco de ataques de piratas e insurgentes. El gobernador y capitán general Santiago Méndez Vigo (1841-1844), motivado por estas preocupaciones, preparó un plan para el desarrollo de la Isla, que tomaba en consideración, entre otras cosas, la defensa de la misma.

El próximo gobernador y capitán general de Puerto Rico, Rafael de Aristegui y Vélez, quien se conocía como el Conde de Mirasol, reconociendo la importancia estratégica de Vieques, en 1845 ordenó la construcción del fortín, la cual estaría bajo la dirección del ingeniero Diego Gálvez. El sistema de defensa consistiría de cuatro piezas de artillería para defender el puerto y un edificio que pudiera acomodar una guarnición de cincuenta hombres. Sin embargo, la edificación del fortín enfrentó dos obstáculos. El primero consistía en que la intendencia de Puerto Rico se oponía al uso de fondos para las edificaciones militares en Vieques y el segundo estaba relacionado con la guerra diplomática que durante este periodo se libró entre Madrid, Londres y Copenhague en relación con los derechos que cada país reclamaba sobre Vieques. A pesar de estas oposiciones, la construcción de la obra siguió en pie hasta 1855, pero las murallas nunca se terminaron debido a la falta de fondos.

A pesar de las preocupaciones de los gobernantes españoles ante ingleses, daneses, revolucionarios y piratas, los cañones del Fortín nunca se utilizaron contra tales enemigos. Durante la segunda mitad del siglo XIX, la función principal del fortín era de cárcel. Algunos de los casos de encarcelamiento documentados incluyen a peones extranjeros, jornaleros que se revelaban contra los hacendados y prisioneros políticos provenientes de Santo Domingo, entre otros. El fortín continuó con ese uso hasta principios del siglo XX.

En 1898, Estados Unidos invade a Puerto Rico. El 21 de septiembre del mismo año los soldados estadounidenses tomaron el Fortín e izaron su bandera. Desde 1903 hasta 1907 el fortín fue la sede del primer observatorio magnético y sismológico del Caribe, bajo la administración estadounidense. Durante mediados de la década de 1940, el gobierno municipal abandona el fortín. El desuso precipitó el deterioro de este monumento histórico. Sin embargo, el Instituto de Cultura Puertorriqueña, establecido en la década de 1950, llevó a cabo una serie de proyectos mínimos para estabilizar la estructura. En 1989 el Instituto de Cultura comenzó las labores de restauración de este valioso monumento las cuales concluyen, con la inauguración el 31 de agosto de 1991, de las instalaciones del Museo Fortín Conde de Mirasol.


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